La Remolacha Verde inicia sus repartos en el espacio cedido de C.G.T. València.
jueves, 15 de noviembre de 2018
domingo, 20 de mayo de 2018
Presentación de la cooperativa de consumidores la Remolacha Verde - Viernes 8 de junio
La Remolacha Verde - R.C.V. y la C.G.T. València
presentan la cooperativa de consumo (viernes 8
de junio a las 19h. Local CGT València, Av del Cid nº 154, Valencia) y
unen fuerzas para avanzar hacia un modelo de sindicalismo y cooperativismo integral. Si
quieres más información o participar pásate por las actividades que
durante estas semanas vamos a organizar.
lunes, 14 de mayo de 2018
El Consumo Combativo como herramienta de lucha
Cada
vez hay más personas para quienes comprar es como votar, una elección
política. No está mal. La compra alevosa pone en primer plano una
cuestión que aterroriza al Estado: el ejercicio de nuestra capacidad de
decisión. Nos referimos a un ejercicio diario y real, no cuatrienal ni
simbólico. Pero la imagen “comprar es votar” se queda demasiado estrecha
desde la perspectiva autogestionaria. La compra es sólo la mitad de un
tipo de intercambio de mercado muy concreto, la compraventa, el
intercambio capitalista por excelencia. Y el voto es el simulacro de
decisión característico de la democracia representativa parlamentaria,
el régimen predilecto del capitalismo. En otras palabras, la compra no
es más que la reducción capitalista del consumo, del mismo modo que el
voto no es más que la reducción estatal de la acción política. La
percepción de la compra como voto es sutilmente restrictiva, no induce a
pensar en tipos de intercambio no mercantiles ni en procesos políticos
que impliquen el libre ejercicio de nuestra capacidad de decisión sin
intermediarios.
Mas
allá de un llamado “consumo responsable” que sostiene que comprar es
votar, está en marcha un consumo rebelde, amotinado, que defiende que
comprar es luchar. El consumo combativo es una revolución a fuego lento,
el arte de convertir el potaje de garbanzos en un atentado cotidiano
contra toda autoridad.
Se
trata de la recuperación de nuestra responsabilidad indelegable de
decidir sobre todo lo que nos afecta, una responsabilidad que no estamos
dispuestas a transferir a ningún representante político o económico.
El
consumo responsable puede ser fácilmente recuperado por el sistema,
convertirse en un eslogan de marquesina subvencionado por el Ministerio
del Buen Rollo; entrar en el temario de Educación para la Ciudadanía;
mercantilizarse como el bicarbonato de una clase media urbana con malas
digestiones de conciencia o salir en portada del próximo suplemento
dominical de El País. Pero el consumo combativo es ya irrecuperable, no
tiene remedio. Cada acto de consumo combativo es incómodo para el
sistema, pues tiene el punto de mira puesto en la transformación del
sistema económico y político.
Somos
muchas las que producimos y consumimos local, ecológico y
autogestionado. Somos trabajadoras en lucha contra los valores del
mercado, no un club del gourmet o un eco-centro de salud nutricional.
Nuestro objetivo es debilitar el sistema económico y social a través de
la organización asamblearia del consumo y reforzar al mismo tiempo a los
colectivos productivos autogestionados. Queremos decidir sobre todos
los aspectos de nuestras vidas diarias, y en este caso lo hacemos sobre
nuestra soberanía alimentaria.
Planificamos
donde no vamos a consumir y coordinamos donde sí vamos a hacerlo.
Tratamos de desviar el consumo de todos los productos que podamos hacia
nuestro propios proyectos o hacia proveedoras que no exploten a
trabajadoras, que se organicen de forma asamblearia como y con nosotras,
y respeten nuestros criterios políticos y ecológicos. De esta manera
nuestras compras están sirviendo directamente para fomentar la economía
alternativa que perseguimos.
Tenemos
vocación de hacer comunidad entre nosotras. Los repartos se convierten
en espacios de encuentro e intercambio no solo de productos sino también
de afectos, de ideas, de risas, de necesidades, de inspiraciones y
conspiraciones desde las que llegar a nuestros objetivos. Queremos
hacerlo juntas, predispuestas a funcionar desde la responsabilidad y la
autonomía, y con el compromiso de ir tejiendo redes.
Somos
exploradoras de un nuevo sentir en el que acciones tan concretas y
localizadas como cuidar la alimentación, potenciar el consumo combativo y
practicar la autogestión, sólo pueden ser vividas desde una visión
integral, así que no somos ingenuas: las luchas parciales o sectoriales
separadas unas de otras y desgajadas de una acción integral que las
abarque a todas, no trascienden. Somos conscientes de la necesidad
urgente de coordinar todos aquellos esfuerzos que nos lleven hacia una
auténtica revolución de Amor y Libertad.
- Difusión de la Cooperativa Integral Valenciana -
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